15.12.08 -T. R.| ALICANTE

Los presidentes de las comunidades de propietarios de los edificios de la calle General Espartero próximos al inmueble del antiguo centro de salud, en el que la Asociación Marroquí La Paz pretende establecer un centro de difusión de la cultura árabe, han anunciado que pedirán hoy explicaciones a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, sobre este proyecto y las actividades que se pretenden desarrollar y si ha dado permiso para su instalación. Una petición que también hará la presidenta de la asociación de vecinos, María Dolores Alavés, que apoya las reivindicaciones de los residentes.

José Fuentes, presidente de la comunidad del edificio de General Espartero 128, en cuyos bajos se halla el local alquilado por la asociación marroquí, señala que el sábado se entrevistó con el secretario de esta entidad, Zoubair Ahmed-Sidi, quien le ha asegurado que en este lugar no habrá una mezquita y sí un espacio en el que se enseñará árabe a alumnos de padres inmigrantes y a quienes quieran aprenderlo. No obstante, Fuentes señaló que tanto él como los presidentes de comunidades de la calle General Espartero mantienen reticencias respecto al proyecto que se pretende realizar en el local.

Por ello, y puesto que el secretario de la asociación marroquí les ha informado de que el Ayuntamiento les ha autorizado porque considera que el local reúne las condiciones para las actividades que pretenden realizar, reclamarán al Ayuntamiento que les informe de qué es lo que se va a hacer.

El presidente de la comunidad de propietarios asegura que también va divulgar por el barrio una hoja informativa para que los vecinos se pronuncien sobre si quieren o no este centro musulmán. Considera que esta instalación supondrá un problema para un barrio en el que la población inmigrante es muy alta y se producen con frecuencia conflictos entre los residentes.

Los miembros de la Asociación Marroquí La Paz aseguran que su pretensión es la de difundir la cultura musulmana y que este centro no supondrá ningún problema para los residentes. Ahmed-Sidi defiende que será un centro cultural más que religioso y que el alquiler lo pagan con aportaciones económicas voluntarias de los socios de la entidad.
 

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