El laboratorio del odio


Inmigración en Salt (Gerona).PERE DURAN | 07-03-2010 /los inmigrantes concentrados frente al Ayuntamiento.


REPORTAJE: EL LABORATORIO DEL ODIO Salt, una olla a presión
Inmigración masiva, xenofobia y paro caracterizan el estallido social en un pueblo de Girona y alertan de lo que se está gestando ahora mismo en otros puntos de España

JUAN DIEGO QUESADA Y REBECA CARRANCO 07/03/2010 EL PAIS

La ventanilla de un coche revienta ("crash") y cuando el dueño del vehículo sale de la peluquería con la cabellera a medio cortar, el ladrón ya se escapa a lo lejos por las calles del centro de Salt, un pueblo de Girona. El tipo, un gambiano con chaqueta de pana, llama al 091 y jura mientras tanto que los culpables son un grupo de marroquíes sentados en la acerca de enfrente que no paran de reír. Siempre son ellos, asegura. "Nosotros no hemos visto nada, negro", le contesta con chulería Kamal, un adolescente que pasa el día con sus amigos fumando hachís y trapicheando con drogas en el barrio. Es miércoles, tres de la tarde. A plena luz del día.

La convivencia en Salt, donde el 43% de sus 31.000 ciudadanos son inmigrantes, se ha resquebrajado estos días. Dos centenares de vecinos, hartos de la inseguridad en el pueblo, irrumpieron hace una semana de mala manera en el pleno del Ayuntamiento. Dos días después, en la calle se enzarzaron con unos magrebíes. La mayoría eran padres de familia que no quieren que se criminalice a sus hijos, pero también andaba por ahí Morad el Hassani, un ex presidiario cansado de que la policía le registre cada día. Un exaltado, rodeado de extranjeros, le gritaba: "Dejad de robar. Volved a casa". Los Mossos d'Esquadra tuvieron que intervenir para que las cosas no llegasen a más. Desde entonces, nada ha vuelto a ser igual en Salt.

La tensión que se ha vivido aquí recuerda al germen que dio paso a las revueltas que se produjeron en los suburbios de París en junio del año pasado, protagonizadas por jóvenes inmigrantes descontentos con el sistema. O a las de principios de año en la localidad italiana de Rosarno. La propia alcaldesa del municipio ha pedido a la Generalitat y al Estado más dinero y policía para impedir que los enfrentamientos vayan en aumento. "Salt es un laboratorio de toda España. Lo que pase aquí se repetirá con los años en otros lugares", repite con frecuencia la regidora, Iolanda Pineda (PSC). Está por ver, pero en España crece un sentimiento en contra de la inmigración. Una advertencia: el 77% de los españoles considera "excesivo" o "elevado" el número de extranjeros en el país, según el informe Racismo y Xenofobia 2009, editado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración...

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