Alumnos de un instituto de Alicante, un centro donde se trabaja en la integración, dibujan las banderas de sus países. :: RAFA MOLINA

En los institutos de la provincia se puede hablar de jamón en clase, -no hay riesgo de que un menor musulmán denuncie a su profesor como ocurrió hace meses en La Línea de la Concepción- . Sin embargo, los alumnos extranjeros prefieren evitar pronunciarse sobre sus creencias religiosas, lo dejan más para el ámbito privado, y, además, reconocen que suelen relacionarse con compañeros de su misma cultura. Tampoco aprecian tanto las técnicas que aplican los profesores para su integración. A fin de cuentas, son chavales en plena adolescencia.
Estas son algunas de las conclusiones recogidas en un estudio sobre la 'Multiculturalidad en las aulas valencianas de Secundaria: estudio del caso', realizado por Inés Lozano y Salvador Peiró i Gregori, de la Universidad de Alicante (UA).
El también profesor del departamento de Didáctica General y Didácticas de la UA es el coordinador de un libro sobre 'Convivencia y Ciudadanía en la Educación del siglo XXI', donde se recopilan las ponencias que realizaron especialistas en las jornadas celebradas en Jávea
En el libro, que cuenta con la aportación del Ministerio de Ciencia e Innovación, además del Consell, Cefire de Benidorm y la UA, hay un capítulo donde Lozano y Peiró han querido investigar la multiculturalidad de las aulas y, a través de un instituto, pretendía mostrar cómo el efecto de la inmigración en la Comunitat y, más concretamente en Elche, donde se sitúa el centro de Secundaria, «no ha superado los problemas que atañen a la convivencia escolar».
La hipótesis principal de la que partían era que «el efecto de la inmigración en los institutos se encuentra en proceso de superar los problemas que atañen a la convivencia escolar». A saber: la integración de estos estudiantes con el resto de compañeros y el rendimiento académico y su proceso de aprendizaje.
Se estudió un centro donde acude un alumnado de clase media, hijos de obreros españoles y con un alto porcentaje de inmigrantes, según explican sus autores. China, Ecuador, Colombia, Argentina y Marruecos son los principales países de procedencia. Los estudiantes de 4º y 5º de ESO fueron el objetivo de la encuesta, en un centro aconfesional y donde se educa en valores como la igualdad, la tolerancia, la solidaridad... Unos valores que sus estudiantes saben y reconocen.
«¿Manifiestas tu creencia religiosa sin temor?» El 40% dice que lo hace. Sin embargo, un 60% «nunca o rara vez» lo muestra, «dejando este aspecto para su vida más íntima». La mayoría de los encuestados solo se relaciona con los de su cultura y otro 60% no aprecia las técnicas para la integración. De hecho, para la mitad, los profesores «rara vez» introducen elementos de las culturas de los inmigrantes. Por ello, los investigadores consideran que «hay una necesidad formativa y de utilización de técnicas de grupo que quizás ayudarían a la integración de algunos alumnos».
Con un 50% de casos en el que el ritmo de aprendizaje es normal, hay que tener en cuenta que en otro 40% es lento. Eso sí, también se ha comprobado que el alumno inmigrante es más maduro para su edad que el autóctono.
fuente:la verdad.es

Lozano Cabezas, I., Peiró Grègori, S. "Multiculturalidad en las aulas valencianas de
secundaria: estudio del caso" en "Convivencia y Ciudadanía en la Educación del S.XXI"
, ISBN: 978–84–9915–218–9, Granada, Grupo Editorial Universitario (GEU), pp. 209–233,2010
 

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