Manifestación de los habitantes de Salt (Girona) reclamando, con un castell como símbolo de unión, la igualdad para las personas inmigrantes. toni vilches

PAULA DÍAZ / SERGIO ALONSO MADRID 12/07/2011

Desde la llegada de la crisis, el discurso xenófobo ha ido ganando terreno entre algunos regidores municipales, que proponen políticas que limiten los derechos de los inmigrantes. Las declaraciones del alcalde de Salt (Girona, 30.304 habitantes) Jaume Torramadé, de CiU proponiendo establecer un cupo para limitar el número de residentes extranjeros avivaron el domingo pasado la polémica.

Los expertos consideran que, en vez de la exclusión, hay que fomentar el diálogo, la educación y la formación de la Policía Local, entre otros. Además, la propuesta de Torra-madé desató las críticas, de las organizaciones sociales. Por ejemplo, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, recriminó ayer su propuesta y abogó por establecer políticas locales de integración para eliminar los posibles problemas que puedan surgir entre la población inmigrante y la autóctona. "Ese es el gran reto de los ayuntamientos", alertó.
"El incremento del número de concejales de partidos de discurso xenófobo, como Plataforma per Catalunya, indica que la batalla contra el racismo se va a librar en los ayuntamientos, que es donde realmente convive la gente, donde los trabajadores tienen que competir por las becas, los servicios sanitarios y por ayudas a la vivienda", argumentó también Tomás Calvo Buezas, catedrático de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid y fundador del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo (Cemira).
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