´Viva L ´Algerie´

Ciudadanos argelinos celebran en el colegio Nazaret de Alicante la clasificación en el Mundial de Sudáfrica
CRISTINA DE MIDDEL

800 argelinos reunidos en el pabellón del colegio Nazaret celebran la clasificación de su país para el Mundial de Sudáfrica. La fiesta se prolongó por las calles de Alicante

RAÚL G. SIRVENT - Diario Información

El ritmo de las darbukas y los kab kab -instrumentos árabes- y el "One, two three, viva l'Algerie" de 800 gargantas argelinas retumbó anoche en el pabellón del colegio Nazaret de Alicante, que se quedó pequeño para los aficionados del país vecino residentes en la ciudad que presenciaron el Egipto-Argelia de desempate que se disputó en teritorio neutral, Sudán, y que decidía quién de los dos estaría en la fase final del Mundial.
Yahia desató la locura antes del descanso con un golazo que puso en pie centenares de banderas y bufandas verdiblancas. "Es hora de recuperar el tiempo perdido", manifestó un aficionado en alusión al regreso de los argelinos 24 años después a un Mundial tras vencer 0-1 a Egipto.
Sin embargo, la fiesta empezó mucho antes. Cualquier medidor de decibelios hubiera estallado una hora antes del inicio del partido. "Ni un Madrid-Barcelona", acertaba a decir el director del colegio Nazaret, Miguel Ángel Segura, que cedió sus instalaciones para la causa. El ritmo de la música africana, que no cesó ni un instante, animó a un pabellón repleto de hombres y mujeres argelinos de todas las edades. "No hay prejuicios", recordaba un vocal fundador de la asociación hispano-árabe que organizó el acto.
Los centenares de gargantas se desgañitaron con pitos cada vez que aparecía en la televisión un jugador, el entrenador o la afición egipcia, que se tornaban en ovación cuando el guardameta Fawzi Chaouchi, que se empleó a fondo, frenaba una acción egipcia. La afición argelina no pudo esperar más y cinco minutos antes de que el árbitro decretara el final, ya celebraba la clasificación. La combinación de la música africana y la pólvora alicantina en el patio del colegio precedió a la celebración por las calles de la ciudad. Los coches, con sus cláxones y las banderas al aire alargaron la fiesta por la Rambla y por Luceros. La noche fue una fiesta que, desde la asociación hispano árabe, se pretende que vuelva a reunirles en la próxima cita, la Copa de África en enero. Luego llegará el Mundial.
 

0 comentarios: