La mala situación no expulsa a los extranjeros, según Ceimigra

JAIME PRATS - Valencia - 04/11/2010

La crisis económica no se ha traducido en un retorno masivo de inmigrantes a sus países de origen, en contra de lo que se podría suponer. "Ni tan siquiera ha sido un regreso significativo", destaca el informe anual sobre migraciones que presentó ayer la fundación Ceimigra.

A pesar de la elevada destrucción de empleo de los últimos años -con tasas de paro de hasta del 38% en inmigrantes- las cifras de la Comunidad Valenciana apuntan a un estancamiento en este colectivo, que está resistiendo las dificultades del nuevo entorno económico en sus destinos de acogida.

Los datos generales ilustran este escenario. Entre 2009 y 2010 apenas ha habido un ligero descenso en los extranjeros del 0,5% (se ha pasado de 889.340 a 884.622).

Es cierto que esta población no es homogénea y que las procedentes de la Unión Europea -buena parte de ella formada por jubilados de Europa occidental- no es comparable ni arroja los mismos resultados que la extracomunitaria -donde hay mayor abundancia de inmigrados por motivos laborales-. En 2010 hay un 2% más de comunitarios que el año pasado, mientras que hay un descenso del 4% entre los extracomunitarios.

Pero esta disminución esconde un incremento de inmigrantes. Por un lado, porque los ciudadanos rumanos y búlgaros que siguen viniendo a buscar trabajo lo hacen como comunitarios. Y por otro, como señala Luis Díe, coordinador del informe, hay un buen número de inmigrantes que se han nacionalizado españoles y que desaparecen del registro de extranjeros.El informe elaborado por la fundación Ceimigra -integrada por la Generalitat y la Compañía de Jesús- no solo rebate la idea de la huida en masa de inmigrantes, que se explica, entre otros factores, por las escasas posibilidades laborales en sus países de origen o la existencia de vínculos económicos (deudas, compra de viviendas, negocios) y afectivos.

El documento también apunta que una caída drástica en el número de trabajadores extranjeros no sería buena, sino todo lo contrario. Y, más aún, en una situación de crisis económica como la actual. "No es previsible [una huida de extranjeros], pero además sería perjudicial", comentó ayer Díe, que además de coordinar el informe, es el responsable del departamento de estudios del Ceimigra.

"Seguimos necesitando que los inmigrantes sigan entrando y que lleguen para quedarse incluso en la delicada situación económica actual", apuntó. "No son el problema, sino más bien parte de la solución". Díe explicó que cualquier pérdida de población tiene repercusiones negativas en la demanda de productos y servicios que, a su vez, es una condición necesaria para el aumento del empleo. Por ello, "cualquier reducción voluntaria o forzada" de los movimientos migratorios sería desaconsejable en estos momentos. Y ello, comenta este especialista en demografía, se refiere tanto a la incentivación de medidas de retorno voluntario -como las que ha puesto en marcha el Gobierno- como a las políticas restrictivas de la inmigración.

De hecho, de mantenerse las tasas actuales de nacimientos en España, en el año 2034 serían necesarios cuatro millones de inmigrantes para reemplazar a la población laboral y poder asumir el pago de las pensiones de los 15,3 millones de jubilados que habrá por entonces.

Como ejemplo de este estancamiento, entre 2005 y 2010 la población no inmigrante de la Comunidad Valenciana apenas ha crecido poco más de 100.000 personas.

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Demografía e inmigración

- Las tres capitales de provincia aglutinan el 33,9% de la población extracomunitaria, aunque su distribución es desigual. La ciudad de Valencia acoge al 49,2% de extracomunitarios de la provincia. Alicante el 20% de su provincia y Castellón el 26%.

- Los barrios de Alicante de Virgen del Remedio, Colonia Requena y Juan XXIII 2º sector cuentan con una o más secciones censales con tasas del 30% o más de población extranjera.

- Las grandes zonas de la ciudad de Castellón que superan el 30% son la zona centro, Urban II, Rafalafena-La Grapa y el Barranquet-Pobles del Sud. Gran parte de los inmigrantes que residen en estas zonas son de origen rumano.

- En Valencia, ni Ciutat Vella ni Russafa superan el 30% de inmigrantes. Sí lo rebasan Orriols (31,8%), El Grau (39%) o Natzaret (34,2%).

Descargar informe

IV Informe Anual sobre Migraciones e Integración de la Fundación CeiMigra:

Migraciones y crisis económica internacional


España requiere 4,5 millones de inmigrantes en 2035 para mantener población
 

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