La Generalitat tiene un mes para determinar si el edificio propuesto en Virgen del Remedio cumple con las condiciones de seguridad


Nueve meses después de que la Comunidad Islámica pidiese licencia para abrir en el barrio Virgen del Remedio la que sería la mayor mezquita de la ciudad -en sustitución de la actual de la avenida Juan Bautista Lafora- el Ayuntamiento de Alicante no sólo no ha decidido si concede o no la autorización, sino que le ha pasado la pelota a la Generalitat. Así, será la administración autonómica la que tenga la última palabra sobre si se autoriza o no la apertura de la mezquita, a la que más de 2.000 vecinos se opusieron con la presentación de firmas. 
La Gerencia Municipal de Urbanismo se escuda en que, debido a que el aforo puede superar las 500 personas, debe ser la Conselleria de Administraciones Públicas la que informe sobre si el emplazamiento propuesto cumple con las condiciones de seguridad, prevención de incendios, salubridad, insonorización y accesibilidad para las personas con problemas de movilidad. De esta forma, además de los informes técnicos municipales sobre si el proyecto se ajusta a la normativa, Urbanismo ha remitido el expediente a la Conselleria para solicitarle un informe que será vinculante a la hora de conceder o no la licencia y de imponer medidas correctoras. La Generalitat tiene un mes para responder. La ley establece que se entenderá que su informe es favorable si pasado ese plazo el Ayuntamiento no ha recibido una comunicación expresa.
Además de las firmas, varias comunidades de propietarios presentaron alegaciones en las que sostenían que el inmueble no está preparado para recibir a una importante afluencia de personas, que en la zona no hay suficiente aparcamiento y que produciría "un impacto económico, social y de convivencia negativo". El Ayuntamiento se comprometió a mediar entre los vecinos y la Comunidad Islámica, que defiende la idoneidad del edificio para desarrollar actividades socioculturales y religiosas y rechaza que se puedan generar molestias al vecindario.
En diciembre, el Ayuntamiento de Alicante puso reparos a la licencia y requirió a la Comunidad Islámica la presentación de un estudio acústico y que justificara la existencia de suficiente aparcamiento. Desde la comunidad corrigieron los reparos planteados y, desde entonces, Urbanismo sigue sin resolver acerca de la concesión de la licencia.

 

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