Los mitos de la inmigración


1. Los inmigrantes quitan trabajo a los habitantes locales

En Francia, los inmigrantes constituyen el 9% de la población activa y contribuyen en un 8,9% al empleo, según un estudio del Centro de Análisis Estratégico en 2012. Sufren más paro que los no inmigrantes: 16,1% frente a 9,1% según el Insee (Instituto Nacional de Estadística), también en cifras de 2012. En su mayoría ocupan puestos poco o nada cualificados, en construcción, hostelería, agricultura estacional. De acuerdo con un estudio hecho por el Gobierno francés a finales de 2012, los inmigrantes constituyen un tercio de los empleados del hogar y una cuarta parte del sector de grandes obras y construcción. Además están sobrerrepresentados en el empleo precario, tanto en los contratos a tiempo parcial como en los temporales. Por otra parte, Francia, a pesar de tener un desempleo elevado, experimenta carencias en ciertos sectores “en tensión”, es decir, con falta de profesionales, como los relacionados con la medicina. Por último, la mayoría de los estudios calculan que el envejecimiento de la población obliga a contar con la inmigración para asegurar un nivel constante de cotizaciones salariales.
Le Monde.
Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia.

2. Vacían los presupuestos de asistencia social 

En Francia no se distingue entre ciudadanos inmigrantes o no inmigrantes a la hora de establecer las políticas de ayudas sociales. Por tanto, es difícil saber quién da o recibe qué. No obstante, se sabe, por ejemplo, que los inmigrantes están en paro con más frecuencia que los no inmigrantes: el 17,3% de las mujeres y el 16,3% de los hombres inmigrantes están desempleados, frente al 10% y el 9,7% de la población total. Sin embargo, un estudio detallado del economista Xavier Chojniki en 2005 llegó a la conclusión de que, aunque los inmigrantes recibían más ayudas para vivienda, ayudas familiares y subsidios de paro que los no inmigrantes, también cotizaban más que los otros, por lo que el saldo final era ligeramente positivo.
El diferencial se establece en función de las pensiones. Las poblaciones inmigrantes tienen una estructura de edad diferente: menos ancianos pero también menos jóvenes, es decir, más concentración en la franja de población activa (55% entre 25 y 55 años, frente al 40% de la población en su conjunto). Por consiguiente, cotizan más, al tiempo que reciben menos ayudas destinadas a niños y ancianos.
Le Monde.
Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia.

3. No quieren integrarse

4. Inmigración ilegal

5. Donde hay emigrantes, hay delincuencia

6. Diluyen nuestros valores


7. No quieren aprender nuestro idioma

8. El relajo de las leyes haría que el país se inundara de inmigrantes

9. Colapsan servicios básicos como hospitales y escuelas 

10. No regresan a sus países de origen cuando la situación mejora



 

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