INTERPLURAL (4 Oct 2008 - 5 Oct 2008) nace con una doble vertiente, por un lado se dirige al colectivo de inmigrantes, ofreciéndoles un nuevo escenario donde encontrar productos y servicios específicos, al tiempo que se convocará como visitante al público español para que la feria se erija como foro de encuentro e intercambio y actúe así como elemento vertebrador de la convivencia entre culturas.
Más información:
http://www.feria-alicante.com/index.php
 

Pulsa en la imagen para ampliar

Una macroencuesta del INE desmonta los tópicos sobre la inmigración en España - El 75% de los extranjeros que vinieron tenía trabajo en su país

A Nasar el Amuom, de 35 años y nacido en Marruecos, ni se le pasa por la cabeza regresar a su tierra natal mientras atiende como si fuera suya la frutería en la que está empleado en Madrid. Escoge las naranjas, palmea los melones y recomienda jugosos melocotones a sus clientas, de una media de 70 años, a las que llama gentilmente "señoritas". Éxito absoluto como campaña de marketing: no cabe un alfiler en la tienda.

Nasar es uno de los 540.000 inmigrantes marroquíes que llegaron a España en busca de un futuro mejor, aunque contaba con una ventaja de partida: su padre. "Nuestra familia vino aquí por él, que a la muerte de Franco se instaló en Barcelona, para trabajar en una finca de flores. Nos fue trayendo a todos: a mis hermanos, a mi madre. Y el último en llegar fui yo, en 1991, sin estudios y sin saber leer ni escribir en castellano. Pero aprendí, me formé, trabajé de camarero y después como encargado en esta frutería. Aquí tenemos hecha nuestra vida: algunos de mis hermanos trabajan en fábricas, y otro de ellos y mi tío son los dueños del restaurante La Alhambra de Lavapiés", resume sin perder de vista la creciente cola de clientes en el mostrador de la frutería.

Su familia es un ejemplo del "auténtico efecto llamada", que no está en las declaraciones de un político; ni siquiera en las leyes. Es la existencia de conocidos (familiares o amigos) que ya están instalados en el país de destino. Quien apoya esta afirmación es David Reher, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid e investigador principal de un macroestudio llevado a cabo entre 2006 y 2007 junto al Instituto Nacional de Estadística (INE). "Es como dar un salto mortal, pero con red", dice Reher.

España, donde uno de cada diez habitantes es extranjero, no es una excepción. Al margen de regulaciones, lo que más anima a emigrar son esos contactos.

El 81% de los entrevistados -una muestra de 15.500 personas- tiene previsto traerse a su familia. El caso más sangrante es el de las mujeres o parejas con hijos. Un 25% de los descendientes se tuvo que quedar en el país de origen, y su reagrupación es una prioridad. Así sucedió con María y Sileni Tabarez, dominicanas, cuya madre había emigrado a España en los años noventa con la firme intención de sacar a sus hijos -dos chicos y dos chicas- de la isla sin oportunidades. Lo dejó todo previsto mientras empezaba a trabajar como interna en Madrid: sus hijas de 13 y 14 años estudiarían peluquería y estética, y cuando reuniera el dinero les pondría una peluquería en España. "Así fue como llegamos aquí de jovencitas, en 1997. Terminamos nuestra formación y, con mucho esfuerzo, mi madre nos ayudó a montar esta peluquería y locutorio. En cuanto a mis hermanos: uno trabaja en el aeropuerto de Barajas en servicios de paquetería, y el otro está en el paro", señala Sileni, hoy empresaria, que trabaja de nueve de la mañana a nueve de la noche entre secadores y pinzas, con su impecable rostro maquillado. Finalmente, el sueño de su madre -que de interna ha llegado a secretaria de una constructora- se cumplió. A estas alturas, nadie de su familia se plantea regresar, por mucho que echen de menos "la bachata y el ritmo de vida más tranquilo".

¿Durante cuánto tiempo mantienen los vínculos con el país de origen? Según la encuesta, más del 95% mantiene contactos, aunque sólo el 45% envía dinero u objetos. Y estos vínculos se pierden con el tiempo (entre los que llegaron antes de 1987, sólo el 60% mantiene contactos con su país y el 5% envía remesas). "Los países de origen están perdiendo un capital humano importante, gente joven y preparada. Se habla mucho de la fuga de cerebros que afecta a Argentina, por ejemplo, pero en general es toda Latinoamérica la que sufre este fenómeno", señala la historiadora y experta en movimientos de población, Blanca Sánchez Alonso. En su opinión, y a la vista de otros fenómenos migratorios anteriores, las iniciativas políticas de fomentar el retorno en época de crisis no van a funcionar.

"Los inmigrantes se irán cuando hayan terminado su etapa laboral o sus proyectos aquí, y eso beneficiará también al país de origen, porque no sólo se trata de enviar divisas. La responsabilidad de los países desarrollados es fomentar el crecimiento mediante ayudas a la creación de empresas allí o microcréditos", añade. Pero hasta que suceda, el hecho es que los más trabajadores y decididos salen fuera y poco a poco prosperan en el extranjero, dejando su sociedad de origen huérfana de profesionales.

Los inmigrantes españoles proceden de una veintena de países. Marruecos (casi el 12% de los 4,5 millones de inmigrantes), Rumania (9,5%), Ecuador (8,2%), Colombia (6,6%) y Reino Unido (6%) son los principales. Los otros grupos en los que los investigadores han repartido a la población según su origen son los países andinos (Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia), el resto de los latinoamericanos, africanos y otros (este de Europa y asiáticos).

El estudio del INE tiene un objetivo declarado, admite Reher, quien es, él mismo, un inmigrante (nació en Estados Unidos, aunque ya tiene nacionalidad española): "Romper estereotipos". "Los inmigrantes están constantemente en el debate de los políticos, pero éstos hablan con muy poca información", afirma.

El primero de los tópicos es el de la formación. Un 75% de las personas que han nacido fuera pero han decidido instalarse en España estaba trabajando antes de decidir cambiar de país. "No se trata de vagos, delincuentes o desempleados, para empezar porque estos grupos no podrían pagarse el viaje", indica Reher. ¿Y el otro 25%? "Probablemente, la mayoría sean hijos menores de edad, por lo que no podían estar trabajando antes", apunta el investigador. Relacionado con esto está el hecho de que sólo un 19% admite haberse endeudado para pagarse el viaje.

Éste fue el caso de la familia de Edgar Mikionis, originaria de Lituania, que tuvo que emigrar porque la situación económica de su país no acababa de estabilizarse y perdieron el empleo de un día para otro. "Primero emigraron mis padres y mi hermano mayor. Después, en 2001, cuando yo tenía 14 años, me hicieron venir con ellos. Yo no imaginaba que los primeros meses dormiríamos en el coche porque nadie nos avalaba para alquilar un piso. Al menos, España era un buen destino, que mis padres escogieron porque en invierno no pasaríamos tanto frío en la calle. Al principio fue duro, pero ellos han trabajado toda su vida, así que se las arreglaron para sacarnos adelante", recuerda Edgar, que a sus 23 años es instalador de fibra óptica, mientras sus progenitores se instalaron definitivamente en Madrid, donde trabajan como transportista y cuidadora de ancianos, respectivamente.

Otro de los tópicos que se desmonta con este estudio es el mito de los desarrapados: "Pese a la desproporcionada atención que les prestan los medios de comunicación, el peso estadístico de los que llegan en frágiles embarcaciones (pateras, cayucos) es casi despreciable (representan menos del 1% del total)", indican los investigadores. La mayoría llega en avión, seguidos de los que usan la carretera.

En este análisis coincide el sociólogo Walter Actis, miembro del Colectivo Ioé (agrupación de científicos sociales que estudia la sociedad española, y que ha publicado recientemente el libro Inmigrantes, nuevos ciudadanos). "El mensaje que los medios están transmitiendo a la población es falso y alarmante: ¡nos invaden cientos de miles de pateras! No es cierto. Además, sólo se informa sobre conflictos, como lo sucedido en Roquetas de Mar, relacionado con gente que vive en malas condiciones y tiene peores trabajos. ¿Por qué no es noticia que los inmigrantes que llegan tienen buena formación y cualificación? Porque es más fácil describirles como desarrapados y muertos de hambre que nos quitan el trabajo", advierte el sociólogo, que también critica la actitud del Gobierno ante la crisis, "porque está lanzando mensajes que dan la impresión de que 'lo mejor es que los extranjeros se vuelvan a casa".

El estudio del INE demuestra que para casi todos los emigrados, España no es país de paso: ocho de cada diez sólo han vivido en su país y aquí, y nueve de cada diez iniciaron el viaje desde su país nativo. Más estereotipos que desmontar: los inmigrantes tienen un nivel educativo similar al de la población española. Un 59% ha acabado los estudios de secundaria, y un 20% tiene una titulación superior. Reher admite que en estos datos hay un factor de distorsión por el peso de la población de países desarrollados, pero aun así destaca que la proporción de los latinoamericanos no andinos -sobre todo argentinos, un grupo que él está estudiando para un trabajo diferente- es superior a la media española. Pero incluso en el grupo con peores cualificaciones (los africanos), el 75% tiene completada, al menos, la primaria.

La historiadora Sánchez Alonso advierte sobre la burocracia española que impide aprovechar al máximo la mano de obra extranjera. "Se ha demostrado con esta encuesta que uno de los problemas para emplear el gran capital humano que nos llega con los inmigrantes es precisamente la falta de agilidad administrativa para la homologación de sus títulos. Si incluso tienen problemas los españoles que van a estudiar al extranjero, mucho peor es para los inmigrantes. Por esa lentitud burocrática se da la situación de profesionales no reconocidos. Una cosa es que trabajen en empleos de baja cualificación y otra que su formación o estudios lo sean", matiza. Aunque convendría hacer un baremo que diferencie y evalúe los planes de estudios de cada país, el hecho es que dentro de unos años los trabajadores españoles podrían verse compitiendo con extranjeros por puestos de alto nivel. "La sociedad española es muy conservadora en ese aspecto. No podemos decir: 'Que vengan todos los ingenieros latinos', porque los ingenieros autóctonos se verían perjudicados. Pero el tiempo pone las cosas en su sitio, habrá una movilidad laboral ascendente en los próximos años -lo que implica mayor reconocimiento de las titulaciones- y la sociedad acabará acostumbrándose o verá más normal esa integración y homologación de los profesionales extranjeros", añade Sánchez.

No coincide con ella Reher. El sociólogo encuentra que esta situación, donde la mitad de los inmigrantes trabaja por debajo de sus cualificaciones -"tíos con título universitario están reformando casas", según describe gráficamente- es, a corto plazo, beneficiosa para su integración. "Está claro que en España hay un sentimiento negativo hacia los inmigrantes, pero éste es inferior porque pujan por los empleos más bajos", advierte Reher. "Si no, el rechazo sería mayor". Al llegar a este punto, el investigador expone una de las razones por las que cree que este estudio, que ha llevado cuatro años de trabajo y ha costado unos dos millones de euros, debería repetirse, porque los datos fueron recolectados "antes de la crisis, en el momento cumbre de llegadas a España [la mayoría lo hizo entre 2002 y 2007] y en el mejor momento económico", afirma.

Claro que los extranjeros no se conforman con esta situación de desigualdad. El estudio muestra su afán de superación. Para medirlo, los investigadores comparan el primer trabajo que consiguen con el que tenían cuando se hizo la encuesta -aunque Reher admite que falta por introducir la variable de cuánto tiempo han tardado en promocionarse-. En contra del tópico, una vez más, lo más habitual es que su primer empleo sea como empleados no manuales de grado bajo (sector servicios, por ejemplo): es lo que consiguió un 40,3%. Sólo un 22,4% empezó por una ocupación para la que no se requería ningún tipo de preparación

[el estudio, que se basa en el padrón, no distingue entre legales e ilegales].

Estos porcentajes varían según las personas se asientan. La proporción de los que siguen con empleos no manuales de grado bajo baja algo (es el 37%), pero, sobre todo, el de los trabajadores sin especialización alguna cae casi a la mitad: lo sigue haciendo un 13,3%. Un 25,5% son "supervisores", es decir, tienen gente a su cargo, y un 11%, empresarios.

BEATRIZ PORTINARI / EMILIO DE BENITO 29/09/2008-REPORTAJE EL PAIS

Más información:
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
 

V Mercadillo Intercultural Ciudad de Asis



V Mercadillo Intercultural Cuidad de Asís y Festival de Música
Fecha: Domingo día 27 de Septiembre a las 11. 00 horas
Lugar: Plaza del Padre Ángel de Carcaixent
Actividades:
- Bailes representativos de varios países
- Stands con artesanía y gastronomía internacional
- Paella Gigante para todos los asistentes
 

Proponen desarrollar programas de integración y reclaman ayuda al Ayuntamiento
08.09.08 - T. R. ALICANTE
Acabar con el conflicto social creado en Juan XXIII 2º Sector por las familias rumanas de etnia gitana asentadas en el barrio y que han causado problema de convivencia en el barrio y motivado varias manifestaciones de protesta de los residentes. Este es el objetivo de la asociación de rumanos gitanos Hai Rromale, que preside Mitica Cretu, que ayer se reunió con el presidente de los vecinos de Juan XXIII, Manuel Medina, para tratar de encontrar soluciones a este problemas. Algo que, a juicio del responsable de la asociación de rumanos gitanos pasa por la creación de programas de integración social y de formación, para los que es necesaria la ayuda del Ayuntamiento y de otras administraciones. Cretu y el responsable de zona de la asociación, Vasili Radu, que reside en el barrio desde hace seis años, se comprometieron a mantener reuniones con las familias rumanas con el fin de disuadirles de su actitud y evitar los enfrentamientos vecinales. Los dirigentes rumanos consideran que el conflicto de Juan XXIII ha producido brotes de racismo y xenofobia que en nada benefician a la pacificación de la situación, y rechazó que todas las familias rumanas se comporten de manera incívica. Refirió que "ahora que nos acusan de todo lo malo que ocurre en el barrio" y lamenta el rechazo social que provocan conflictos como los del barrio hacia los rumanos. Durante el encuentro con el presidente de la asociación de vecinos algunos residentes recriminaron a los representantes de la asociación rumana el comportamiento incívico de las familias de etnia gitana, a las que acusan de ensuciar la calle y provocar molestias hasta altas horas de la noche. Para Medina la mediación de la asociación puede ser un primer paso para dar una solución a este problemas y criticó que "ninguno de los responsables políticos a los que nos hemos dirigido para exponerles las deficiencias del barrio y que intervengan se han dignado a contestarnos", indicó.
 

Homenaje a Barcelona


Es todo un modelo de ciudad global. Supone un refugio pacífico para aquellos que buscan compartir con otros sus diferencias y posee también un espíritu que es mayor que la suma de sus partes

RAMIN JAHANBEGLOO 06/09/2008

La Unión Europea ha declarado que éste es el Año Europeo del Diálogo Intercultural. Ni que decir tiene que la globalización está provocando cambios fundamentales en todo el mundo. La velocidad a la que están cambiando las culturas establecidas como resultado de la mezcla de personas e ideas y de la circulación de bienes y servicios hace que no siempre sea posible identificar lo que permanece inmutable en las diferentes culturas en las que se producen esas transformaciones. Como consecuencia, el único modo de que las culturas construyan de forma creativa un futuro común es mantener un diálogo entre todas, en vez de refugiarse en un paradigma de identidad exclusivo o abandonar su legado cultural ante una globalización política y económica homogeneizadora.

El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha en 2008 el programa Diálogo Intercultural de Barcelona, coincidiendo con el Año Europeo del Diálogo Intercultural. El programa pretende promover iniciativas, acciones y debates que contribuyan a abordar los nuevos retos y a construir un proyecto urbano común. Se ha dicho que Barcelona es el brazo y el cerebro de España, mientras que Sevilla es su corazón. Pero se puede decir que Barcelona es también una ciudad a la medida humana, en la que existe un compromiso intelectual con el arte y la cultura. Cuando uno camina por las calles de Barcelona, sigue literalmente los pasos de gigantes como Salvador Dalí, Joan Miró, Antoni Gaudí, Isaac Albéniz y muchos otros. Ésta es una ciudad en la que ha habido un proceso permanente de aprendizaje a base de escuchar. Barcelona es una ciudad global con un ritmo cosmopolita. Lo que la hace tan especial es que es una ciudad que pertenece a todos porque no pertenece a nadie.

Barcelona es una ciudad que contiene todas las creencias y todas las culturas. Es una ciudad comprometida con un espíritu de la diversidad que le da su forma y su textura especial. Desde luego, son muy pocas las ciudades actuales que pueden exhibir tan intensamente su diversidad como un sentimiento de pertenencia y una forma de solidaridad entre las diferencias. Esta perspectiva transcultural da a una ciudad la oportunidad histórica de pluralizar su identidad.

Muchas ciudades consideran que la inmigración cuesta dinero a la Hacienda pública y diluye la cultura nacional. Pero en el caso de una ciudad como Barcelona, en la que desea vivir y trabajar gente de todo el mundo, la diversidad no sólo promueve la innovación, que, a su vez, impulsa el crecimiento económico, sino que también crea un sentimiento de comunidad que establece un equilibrio entre la promesa de libertad y una ética cosmopolita de apertura al otro. Este imaginario social cosmopolita tiene la firme ventaja de que reconoce los problemas del "derecho a una ciudad" y, al mismo tiempo, aborda la importante cuestión del "derecho de la ciudad".

Los que la escogen como propia sienten que comparten un horizonte común con Barcelona como ciudad cosmopolita. Ese derecho a unirse en Barcelona y a compartir su destino es el que da a la ciudad el derecho a ser distinta de todas las demás. La visión de Barcelona como "una unión de extraños" genera una dinámica poderosa porque da prioridad a la lógica de la solidaridad entre las diferencias.

Como consecuencia, debemos estar siempre atentos al hecho de que Barcelona, como horizonte común de diálogo entre extraños, es un gran lugar de aprendizaje para los representantes de distintas tradiciones religiosas y culturas étnicas. Lo más importante es que este espíritu de diálogo presente como auténtico cimiento de Barcelona es el que establece los criterios para el reconocimiento del otro en nosotros. El diálogo sólo puede ser fructífero entre personas que son distintas unas de otras y que respetan mutuamente sus diferencias. Por tanto, el diálogo como una facultad de comunicación que implica "hablar" y "escuchar" tiene la capacidad de contribuir a la supervivencia y el crecimiento de nuestra propia diferencia.

Lo que pide una cultura del diálogo no es sólo tolerar, sino afirmar las diferencias por sí mismas y como forma de facilitar un sentimiento de solidaridad y pertenencia común. Implica más que una mera filosofía de "vive y deja vivir". Parte de la premisa de que cada cultura y tradición sólo puede mantener su identidad en un contexto en el que hay una preocupación por la humanidad en general. Es decir, la diversidad sólo puede florecer en un espacio en el que hay un reconocimiento general de su valor.

Barcelona es una ciudad que encuentra su significado en la inclusión del otro, en su diferencia. Es ese derecho a seguir siendo otro el que da a Barcelona su derecho a reivindicar su posición como ciudad de interculturalidad. Como tal, es un espacio de cultura cívica cosmopolita, no a pesar de nuestras diferencias y divergencias, sino gracias a nuestras diferencias y divergencias.

En esta visión de Barcelona, es posible construir un valor común, una especie de coesencia e interrelación, que no pretende borrar las diferencias ni la heterogeneidad, porque los barceloneses muestran la capacidad de vivir juntos -con sus múltiples diversidades-, si no en amistad profunda, sí al menos con una profunda capacidad de inclusión y comprensión mutua. Para estar a la altura de la famosa cita de Einstein de que "una persona empieza a vivir cuando es capaz de vivir fuera de sí misma", hay que crear la conciencia de que el sentimiento de ser, ante todo, barcelonés, empieza ahí. Empieza en el esfuerzo incansable para comprender una ciudad plural como Barcelona, eliminando las causas y las condiciones que crean y perpetúan las polaridades de "nosotros" y "ellos".

Sólo el diálogo intercultural nos permitirá ser conscientes de que, a la larga, las culturas no son ni han sido nunca estructuras monolíticas, rígidas y estáticas. Ninguna cultura que no sea tolerante hacia otras culturas puede desarrollarse. Pero la tolerancia no basta: tan importante es el concepto de "responsabilidad" por otras culturas y por la propia. Si tolerancia significa no interferir en las formas de vivir o de pensar del otro, "responsabilidad" sugiere una reacción ante la "diferencia" del otro. Es cuidar del espacio que compartimos con otros, que precede y sucede a nuestras vidas pasajeras. Es una reacción permanente a nuestro vivir unidos. Para administrar esa relación, la ciudad necesita desentrañar y negociar las distintas identidades mediante el hallazgo de una lógica del hecho de vivir juntos que sirva de compromiso creativo entre diferentes comunidades.

Una ciudad no existe sólo como sujeto colectivo con una identidad y un interés estables. Una ciudad es un espacio para contactos capaces de reunir distintas identidades para formar una esfera pública. Y lo más importante es que una ética común de mutua comprensión cultiva un sentido común de pertenencia a una ciudad. Además, no hay una "ciudad cerrada civilizada" que proteja su identidad contra la influencia de otros. Sencillamente, porque una ciudad que teme otros espacios de identidad y no puede entablar diálogo con ellos no puede dialogar, en absoluto, con su propio pasado, presente y futuro. Por consiguiente, para conversar con otras ciudades y culturas, es preciso que una ciudad se abra a otros y, al mismo tiempo, entable un diálogo autocrítico consigo misma. Eso es lo que hace que Barcelona sea una ciudad diferente y una ciudad de diferencias. Su apertura a la pluralidad de opiniones y valores permite que sus ciudadanos se abran a una variedad mucho mayor de posibles valores comunes en el ámbito mundial. Es decir, Barcelona es una ciudad global porque representa un refugio pacífico para aquellos que buscan compartir sus diferencias con otros, pero también porque Barcelona posee un espíritu que es mayor que la suma de sus partes. Ése es el auténtico mensaje de diversidad que Barcelona ofrece a España, Europa y el mundo en el Año del Diálogo Intercultural.

Ramin Jahanbegloo, filósofo iraní, es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Toronto. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.



 


El informe "Mujeres inmigrantes y Violencia de Género" de la Federación de Mujeres Progresistas aclara que el colectivo, "por el hecho de ser extranjero", está sujeto a "circunstancias que aumentan su desamparo".

La violencia contra las mujeres puede estallar en cualquier rincón y en todas las capas de la sociedad. Sin embargo, existe un colectivo especialmente susceptible al maltrato: las inmigrantes, en especial las que se hallan en situación irregular o han llegado tras un proceso de reagrupación familiar. Los agresores se aprovechan de su indefensión emocional, jurídica y económica. Las mujeres extranjeras, sobre todo las que proceden de Latinoamérica -que son las que tienen más presencia en España-, provienen de estructuras socioculturales fundamentadas en el patriarcado, pautas que sus parejas reproducen en el país de acogida, España. También hay españoles casados con extranjeras que siguen esos mismos patrones.
"Mujeres inmigrantes y Violencia de Género"
El informe Mujeres inmigrantes y Violencia de Género, de la Federación de Mujeres Progresistas, deja muy claro que este colectivo, "por el hecho de ser extranjero", está rodeado de "una serie de circunstancias que aumentan su desamparo y dificultan la ruptura del ciclo violento". La primera recibe el nombre de "duelo migratorio": la mujer que emigra se encuentra desarraigada, en un país extraño, de costumbres y cultura ajenas, sin su familia y sin sus hijos -en la mayoría de los casos-.
Estas mujeres pueden soportar situaciones de maltrato por diversas razones: emprender acciones legales contra su pareja añadiría aún mayor carga emocional y traumática a sus vidas y podrían verlo, más que como una liberación, como una complicación añadida que, en algunos casos, conllevaría al rechazo de familiares y amigos.
Datos de interés
En 1999 fueron 7 (el 14%) las mujeres inmigrantes asesinadas en España, de un total de 54, según datos del Instituto de la Mujer. En 2007, tras el fenómeno migratorio, las víctimas extranjeras se elevaron a 28 (el 39,4%), entre las 71 muertas registradas. En lo que va de año, de las 37 mujeres que han perdido la vida a manos de la violencia machista, 15 de ellas (el 40%) eran inmigrantes, según las cifras oficiales. De los 22,8 millones de mujeres que hay en España, 2,1 millones son inmigrantes (el 9,2%). Teniendo en cuenta este porcentaje, la tasa de extranjeras asesinadas por millón de mujeres inmigrantes fue de 13,18 en 2007, mientras que la misma cifra respecto a las víctimas nacionales fue de 2,05.
Más información: Reportaje "Las inmigrantes son aún más vulnerables"
Fuente: El País.com