España concede asilo político por discriminación sexual a un gay colombiano
martes, 13 de abril de 2010
"Siento libertad y tranquilidad, ahora podré viajar sin miedo", afirma Manuel Velandia, que dejó su país por amenazas y vive en Alicante
EZEQUIEL MOLTÓ - Alicante - 12/04/2010 -El País
"Siento una gran libertad y tranquilidad, es un cambio sustancial poder viajar y no sentirte perseguido". Manuel Velandia, de 55 años, es un activista gay colombiano que sufrió amenazas de muerte y un atentado en su casa de Bogotá en abril de 2002 (lanzaron una granada contra la vivienda) por su condición sexual y por su labor de defensa de los derechos de los homosexuales. Cuando estas amenazas de muerte se extendieron a su familia decidió dejar su país. "Los amigos me decían que yo no podía seguir allí, estaba en riesgo toda mi familia", recuerda Velandia, que llegó a España en enero de 2007, con ayuda de la Cruz Roja y de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Primero recaló en la Universidad de San Sebastián y luego en Alicante, donde cursa ahora un doctorado en Enfermería y Cultura de los Cuidados.
Ahora el Gobierno le ha concedido la "condición de refugiado y el derecho de asilo" por su condición sexual, gracias a la nueva Ley de Asilo, aprobada el año pasado. "España reconoce plenamente la diversidad sexual, es un país ejemplar que amplía los derechos de las minoría", comenta Velandia, que colabora activamente con el colectivo Decide-t de lesbianas, gay, bisexuales y transexuales de Alicante, y que es autor de la exposición de fotografías "In-visibles: naturalezas transgresoras" que se puede visitar en la Universidad de Alicante, y que está centrada en unas muñecas Barbie transexuales.
Velandia (Bogotá, 1955), que era profesor universitario, acudió en su país a programas de radio y televisión y escribió artículos denunciando la "persecución" de los homosexuales en Colombia. "Ahora podré salir de España otra vez, aunque no ir a Colombia, pero tendré pasaporte español para continuar luchando", afirma el también cofundador en 1976 del Movimiento de Liberación Sexual en Colombia, quien considera que su único delito ha sido "tener voz y argumentos para denunciar que la Iglesia Católica, la derecha y los grupos paramilitares de Colombia han hecho de la homofobia su bandera y razón de ser para estigmatizar, excluir y desplazar a los homosexuales".