´El burka es una interpretación muy estricta del Corán, que sólo exige el velo´
Tiene los ojos azules, como los del mítico valí (gobernador) de las montañas alicantinas Al-Az-Rach. Habla con voz suave como arena del desierto pero firme como roca del Atlas. La entrevista se ha hecho en viernes y le ha puesto broche de oro el canto hermoso, a voz desnuda, de la Oración del Assar.


POR ÁNGELES CÁCERES
-EL DOMINICAL DIARIO INFORMACIÓN

¿Es una Comunidad Islámica problemática la de Alicante?
No especialmente. Siempre en el trabajo social hay puntos positivos y negativos pero a mí me gusta mucho mi trabajo, uno siente que no es egoísta si hace algo para los demás.
Hermoso país de origen el suyo, Siria, con gran historia.
Muy antigua y muy rica, sí.
¿En qué punto está la sociedad alicantina en relación con los musulmanes?
¿A qué nivel se refiere?
A si notan algún rechazo.
No es rechazo sino que los medios de comunicación nos han hecho mucho mal sobre, digamos, la figura del musulmán. Han enseñado que es un hombre terrorista, atrasado, opresivo contra las mujeres y tal y cual. Entonces, el occidental al escuchar eso es un resultado correcto que uno va a tener miedo al Islam. Le digo una anécdota; una vez estábamos charlando con mis compañeros médicos y enfermeros, han salido las noticias diciendo muchas cosas malas sobre el Islam y yo he dicho a mis compañeros: esto es incorrecto, de verdad es falso. No podemos decir si algún vasco ha hecho algo malo a la sociedad que todos los vascos son malos; al contrario, son gente noble, buena. Entonces un enfermero ha dicho: pero éstos nos venden esto y no tenemos otra fuente. Es así: los medios de comunicación nos hacen castigo siempre, siempre, siempre.
Pero no por ninguna inquina especial: damos noticias, contamos las cosas que pasan.
Se pueden contar de muchas formas. Por ejemplo, un fotógrafo quería hacer un reportaje en una de las grandes mezquitas en Madrid; cogió zapatos de los que dejamos a la entrada, los ha montado en forma triangular y ha puesto su cámara detrás de esos zapatos para mostrar a los musulmanes como estaban haciendo sus rezos. Entonces cuando los musulmanes se han visto así en el periódico se han sentido ofendidos.
Ya, la connotación del zapato en su cultura es insultante.
Y el fotógrafo lo sabía, si no no habría hecho esa composición; que, además, era falsa. Eso deja un resentimiento en el ser humano. Porque somos seres humanos: ni más, ni menos. Pero esto provoca un desprecio del público contra los musulmanes, ¿entiende? Y el desprecio es una forma de racismo.
Tal vez si habláramos más entre nosotros nos entenderíamos mejor.
Claro. Tenemos nuestros errores: somos humanos. Y aciertos. La sociedad tiene también errores que nos hacen daño a nosotros. Y al Islam. Porque cada uno de nosotros es un embajador de su país y de su religión. Sabemos que tenemos muchos fallos que tendremos que corregir, como todos. Pero si sólo se resaltan los errores, aparece el rechazo.
O sea, que sí existe rechazo.
Los ayuntamientos te invitan a integrarte, y cuando pides de ellos que te abran las puertas, te las cierran y te dicen que tú tienes que hacer una convivencia correcta. Y eso quiere decir cambiar tu forma de ser, de pensar y de vivir, no obedecer tu religiónÉ
Suele ser el precio de la integración, sí. Tal vez habría que cambiar "integración" por "convivencia".
Convivencia es una palabra más sana; más fisiológica, como decimos los médicos. Yo tengo que reconocer que el occidental tiene unas costumbres, una educación, unas formas, y tengo la obligación de respetar todo esto.
Y el derecho a pedir que se reconozca y respete lo suyo.
El musulmán puede expresar su religión y sus costumbres de manera de no afectar al Occidente y no hacer daño al prójimo. Vivimos en este país y tenemos que respetar sus leyes y sus costumbres al máximo. Hace falta ayuda de los dos lados, especialmente de gobierno y ayuntamientos y de la misma comunidad islámica.
¿Quién se cierra más en sí misma, la comunidad islámica o la, digamos, cristiana?
No hay cerramiento: es que no se abren las puertas bien. Yo confío al cien por cien en el ciudadano alicantino, pero cuando escucha lo que está escuchando sobre el musulmán lógicamente va a tener un miedo, una prevención. Eso se rompe cuando hay una relación entre personas.
Que tendría que ser más fácil: después de casi mil años de convivencia, a cualquier español nos rascan la piel y sale sangre musulmana. Y judía también, claro. Ustedes que iluminaron nuestro oscurantismo desde la medicina a la música, la arquitectura, la hidrología, la lengua, la poesíaÉ ¿qué sienten ahora cuando se oyen llamar, despectivamente, moros?
Yo he vivido casi cuarenta años en España y nadie me ha dicho esa palabra. Siempre se castiga al más débil, el que viene a buscar trabajo en patera, el que hace cola para hablar con un funcionario. Como estudiante sí he tenido alguna opresión injusta a través de algunos profesores, por ser musulmán: tenía que sacar más nota que cualquiera para poder aprobar. Pero lo he sufrido con paciencia, como mucha gente.
Y se ha sentado a la puerta de su casa para ver pasar el cadáver del profesor.
Hay mucha gente que se ha oído llamar "moro" y "vete a tu país", palabras feas. Pero siempre gentes débiles, pobres. Como médico de vez en cuando nos traen presos para hacer informes; a un marroquí que después de ser detenido no tenía la cara muy sana lo sacó la policía del despacho, yo salí detrás a buscarlo y luego a solas me dijo: si usted no hubiera salido me habrían pegado más. Pero si el que llega es un millonario que viaja en su yate va a venir el alcalde a recibirlo, si quiere una mezquita vamos a hacérselaÉ Hace más de diez años en Alicante estamos pidiendo por favor un cementerio para los musulmanes, y nada. El que tiene poder lo respetan, el que no tiene poder, lo aplastan: así es la ley de la vida. Hasta el Rey se acerca para recibir al rey Abdullah, el rey Fahed de Arabia Saudí en Marbella da un dinero para arreglo de todas las callesÉ Los españoles respetan cuando saben que del contacto van a tener beneficio; pero también el ser humano tiene un valor, al débil no tenemos que aplastarle sino darle su derecho: nada más.
También se le da, ¿no cree?
Sí, los españoles también han hecho muchísimo bien. Hay gente sin papeles, personas que han hecho daño a la sociedad por robo y malas conductas y a través de la ley se han respetado sus derechos, no los han echado a sus países. Aquí en España hay muchos derechos que ni siquiera tenemos en nuestros países, muchas ventajas. Y hay libertad. Aquí el extranjero puede construir una vida sana.
Por ejemplo como usted, ejerciendo la Medicina en Benidorm. ¿Sus pacientes son preferentemente musulmanes?
¡No! Hay ingleses, holandeses, alemanes, sudamericanos y, naturalmente, españoles.
Tenemos que hablar del velo.
¿Qué quiere hablar de él? Porque es un tema muy grande.
Todo lo que usted me diga.
Es una ley de Dios, que en el Corán ha dicho francamente: la mujer cuando llega a la edad de adulta, catorce años, debe ponerse el velo. Esto es para que se reconoce que es una chica sana. En la época antigua hubo esclavos, entre ellos hubo conductas incorrectas y Dios quería que la mujer en general llevara vestido religioso a todas las edades. Vuestras monjas también ponen el velo y nadie lo impide. Para nosotros nadie puede mirar o hablar con nuestras mujeres de manera incorrecta: es una orden de Dios. El profeta ha dicho que cuando llegan a la edad adulta no deben enseñar de su cuerpo nada más que la cara y las manos.
Es que con el burka ni eso.
La interpretación del Corán hubo una rama que ha entendido que tampoco la cara, y dentro de este grupo hay quien piensa que puede enseñar los ojos y quien cree que hay que taparlo todo. Es una interpretación muy estricta.
Y por la que se castiga con rigor a demasiadas mujeres.
En la religión musulmana lo que es obligatorio es dejar al descubierto sólo la cara y las manos. Esto es bien.
Ya. Pero nadie pone freno a la interpretación de los talibanes.
Hay mujeres en mi país y otros países musulmanes que no practican la religión islámica correctamente y salen igual que usted, y mucho más modernas. Realmente la religión es libre. Hay una aya (frase) en el Corán que dice que nadie puede obligar a nadie a practicar la religión; cuando los musulmanes han vivido aquí ochocientos años podían convertir a otros al Islam por el tiempo, pero otra forma es prohibida porque la religión es una relación directa entre el hombre y Dios.
Ya. Pero desde muy pequeños se les hace recitar el Corán.
Sí, eso es normal en todo el mundo islámico. Pero a los no musulmanes sólo si lo piden. Y a la que no pone el velo ¿tenemos que castigar? No. Es una libertad, tú obedeces a tu Dios o no, es lo que tú eliges.
Mire usted, la teoría está muy bien pero la realidad es que la mujer no puede salir sola, anda varios pasos detrás del hombre, depende del padre, el marido o, en su defecto, el hermano y hasta el cuñado, y que hay imanes que aconsejan "corregir" a la mujer pegándole. Bastante machista y un poco duro de encajar, ¿no cree?
Son interpretaciones también, más o menos estrictas.
Ya. En Lleida y Barcelona se acaba de prohibir el burka en los espacios municipales, y el resto de Cataluña empieza a sumarse a esa decisión. Opine, por favor.
El burka y el nicab no son el velo. Por cuestión de seguridad yo comprendo que no poder ver la cara de las personas no se admita en algunos sitios. Pero el velo es algo que no puede herir la sensibilidad de los demás, la mujer con él está diciendo "yo obedezco a mi Dios, que me manda ponerlo". Es su derecho.
¿Y no será la sumisión a los hombres de su familia?
No. Es ella la que quiere quedar en casa y salir siempre cubierta y seria, para que cuando el hombre sale para trabajar en la sociedad no le atrae la mujer, llevándole su imaginación a otras cosas.
Pues anda que han ido ustedes a poner la mezquita en buen sitio: frente a una playa donde las mujeres van en bikini y top less, y junto a una tienda de maniquíes con cuerpos de mujer desnudos.
Lamentablemente no hemos encontrado un sitio mejor; pero verá que tenemos los cristales tapados, para hacer rezo sin distraernos. Cuando la mujer sale enseñando sus piernas y sus pechos invita al hombre a pensar en otras cosas, para el Islam es una desviación incorrecta. Nosotros decimos: si la mujer occidental es libre de enseñar sus pechos y sus piernas, ¿por qué la musulmana no es libre de tapar su cabeza?
Pregúntele a cualquier feminista y verá lo que le dice del patriarcado del Islam.
Generalmente el padre no debe obligar: debe aconsejar. Mientras que el niño o la niña son pequeños, el padre tiene la obligación de enseñarles el Islam como debe ser; cuando llega la edad adulta la voluntad del hijo o la hija debe despertarse y entrar en práctica. Desde esa edad, Dios no va a buscar responsabilidad en el padre de si sus hijos practican o no.
Usted es médico, ¿no entran en contradicción sus conocimientos científicos con sus creencias religiosas?
No. El Islam no está en contra de la ciencia; si usted lee el Corán, desde la primera aya hasta la última la religión musulmana siempre está con la ciencia. La primera revelación del ángel es: lee en el nombre de Dios. Lee. Si usted se fija, la época de oro de los musulmanes es la época de la ciencia.
Averroes y demás, sí. La verdad es que no podemos decir lo mismo los cristianos.
No. Su Iglesia ha estado en contra de los científicos, los ha condenado y los ha quemado.
¿Los musulmanes sólo se casan entre sí?
No, hay muchos matrimonios mixtos en toda España.
¿Y qué pasa con los hijos?
Depende de si los padres son muy religiosos o no. Pero siempre, cuando llegan a mayores, ellos eligen.
¿Vamos hacia la gran confrontación Islam-Cristianismo?
No, no creo. Eso es más miedo que realidad.
¿Sabe que el Rey de Marruecos reclama Ceuta y Melilla?
Todo lo que es político son complicaciones: yo soy médico.
Alicante ha sido refugio de células islámicas extremistas, incluso de Al Qaeda. ¿Por casualidad conoce usted alguna?
Si yo conociera aquí a gente de Al Qaeda iría enseguida a denunciarla a la Policía.
Para finalizar, ¿acabaremos algún día entre todos con el racismo y la xenofobia?
Seguro. Tiene que ser así porque todos somos hermanos, hijos del mismo hombre y la misma mujer: Adán y Eva.
¿Lo dice usted en serio?
Pues claro. Naturalmente.
 

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