Uno de los efectos inmediatos de la crisis ha sido el afloramiento de una creciente bolsa de inmigrantes que tras lograr su legalización han vuelto a una situación de clandestinidad como consecuencia de la destrucción de empleo. Según datos del Observatorio de Inmigración de la Universidad de Alicante, en 2008, un total de 35.000 trabajadores extranjeros perdieron en la Comunidad Valenciana su puesto de trabajo y, paralelamente, se vieron abocados a la economía sumergida para mantener sus ingresos. Castellón es la provincia donde el impacto es mayor al destruirse una cuarta parte del empleo desempeñado por los trabajadores extracomunitarios, en su mayoría en el sector de la construcción.

Esta situación de "irregularidad sobrevenida", como la define el experto Carlos Gómez Gil, ha derivado en un auténtico drama para un colectivo que ha perdido de un plumazo unos derechos que tardaron años en conquistar. Muchos de los que consiguieron normalizar su vida aquí temen salir de sus casas por temor a ser expulsados.

La crisis económica ha acelerado la destrucción de empleo sobre el conjunto de trabajadores, pero de forma muy particular sobre los inmigrantes. Ya en 2007, el desempleo entre la colonia extranjera comenzaba a ser preocupante, pero este fenómeno, subraya Gómez Gil, explotó en 2008 "de forma rápida y acelerada, al compás de la propia crisis". Gómez Gil, director del Observatorio de Inmigración de la Universidad de Alicante, alerta del impacto "devastador" que la crisis económica está teniendo sobre este colectivo. Para el experto, asistimos a la gestación de "una pobreza estructural".

El pasado año, según se desprende del informe Evolución y comportamiento del empleo de los inmigrantes en el año 2008, se disparó la pérdida de permisos de trabajo, con un indicador (un 29% menos) que duplica al registrado en España, con especial impacto en Castellón. Esta provincia, según el citado estudio, ha vivido una "auténtica" catástrofe laboral. Solo la agricultura ha permitido amortiguar "ligeramente" las elevadas pérdidas de afiliación de inmigrantes. No en vano, es el único régimen que experimenta incrementos significativos de afiliación en todas las provincias, tanto comunitarios como para los extracomunitarios. "Solo el campo consigue generar nuevos empleos entre los inmigrantes en 2008, pero en un número muy insuficiente para el volumen total de contratos que se pierden en el resto de los sectores económicos", arguye Gómez Gil. Y es que de cada cuatro empleos asegurados perdidos, se crea uno en el sector de la agricultura.

En términos absolutos, la mayor pérdida de permisos de trabajo de inmigrantes se concentra en Valencia con 17.095 menos, aunque proporcionalmente ha sido Castellón la más afectada. La pérdida de permisos de trabajo está, por tanto, vinculada al dato de afiliación. Así, el acusado descenso de asegurados extranjeros en la Comunidad Valenciana cobra dimensión cuando se atiende al dato nacional. La Comunidad Valenciana multiplica por cinco el indicador nacional de disminución de inmigrantes que cotizan a la Seguridad Social. La principal causa ha sido la disparatada destrucción de mano de obra en el sector de la construcción. El desempleo entre los trabajadores extranjeros en el sector de la construcción fue, en 2008, 17 puntos por encima de la media estatal.

La actual coyuntura de recesión tiene además otras múltiples derivadas, entre ellas un claro retroceso en las condiciones de trabajo. Según el director del Observatorio de Inmigración de la Universidad de Alicante, se ha disparado la precariedad y eso propicia las situaciones de abusos, especialmente con la población más vulnerable, como es el colectivo extranjero. El experto señala que si las cifras son malas en el conjunto nacional, mucho peores son "las de esta comunidad con una histórica trayectoria de la economía sumergida. Cuando ya habíamos conseguido una sustancial reducción de inmigrantes sin papeles, se ha vuelto a invertir la situación".

fuente:REBECA LLORENTE - Alicante - 29/05/2009-El País CV
 

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