Un autobús, en la estación de Castellón, a punto de partir hacia Rumania. /TONI LOSAS

Casi 2.000 hijos de extranjeros regresan al mes a su ciudad natal por problemas económicos
BEATRIZ LLEDÓ | VALENCIA -LAS PROVINCIAS
¿Y si marcharse a otro país es la solución? Miles de inmigrantes de la Comunitat, ahogados por la crisis, ya no se hacen esta pregunta porque han decidido emigrar. Las deudas les abruman, no podían pagar las hipotecas, llevaban meses sin trabajo y ya no sabían cómo salir adelante. Lejos queda cuando dieron el paso de viajar a Valencia, Alicante o Castellón.
La situación económica actual les ha empujado a iniciar un nuevo éxodo a otros países europeos con la esperanza de encontrar un futuro mejor. «Muchos extranjeros ya han dado el salto a países de centroeuropa en los que, previsiblemente, se va a salir antes de la crisis. Allí esperan encontrar el trabajo que aquí han perdido», explicó el presidente de la Asociación América España Solidaridad y Cooperación (Aesco), Juan Carlos Rois.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció esta semana que la peor recesión económica de los últimos 60 años toca a su fin. Sin embargo, España será de los últimos países en sumarse a la recuperación, lo que incentiva el éxodo de inmigrantes. En su informe, el organismo señala que el proceso de salida del agujero será lento y complicado. Los datos no dejan lugar a dudas: el FMI pronostica que el PIB nacional se contraerá en 2010 un 0,7%, en contraste con el crecimiento de Alemania, Francia, Italia, EE. UU. y Japón.
Nuevos destinos
Las oscuras estimaciones hacen mella en muchos inmigrantes, que comienzan a pensar en otros lugares en los que parece que la pesadilla acabará antes. Así lo corrobora el portavoz en la Comunitat de la asociación de ecuatorianos y latinoamericanos Juan Montalvo, Edgar Constante. «Muchos ecuatorianos que estaban instalados en Valencia ya se han marchado. Estamos atendiendo a bastantes personas que viven desde hace tiempo en la Comunitat y nos preguntan sobre la situación en lugares como Holanda o Francia. Por otro lado, comienza a producirse una recompensación de la migración, es decir, que muchos ecuatorianos optan por emigrar a Estados Unidos, Reino Unido o Suiza antes que venir aquí. España va a ser la última en recuperarse de la crisis», vaticinó Constante.
También el presidente de la asociación de bolivianos de Valencia, Javier Ergueta, ha constatado el inicio de un éxodo. «Comienzan a irse a otros países», afirmó tajante. Los destinos por los que más se interesan son Francia, Alemania, Bélgica y Holanda. Los bolivianos están dispuestos a hacer las maletas y comenzar de cero. Y ello pese a que en el resto de Europa tendrán que hacer frente a unas dificultades idiomáticas que en España no han tenido. «Uno de los principales problemas es el idioma. Hasta este momento eso no les había supuesto un impedimento. Ahora tienen que aprenderlo. Además, hay que volver a adaptarse a otras culturas, buscar trabajo, regularizarse», señaló Ergueta.
Otro fenómeno incipiente es el de los extranjeros que están enviando a sus hijos a sus países de origen porque no pueden hacerse cargo de ellos. Es el caso de Carlos, que llegó a la Comunitat en 2007. Cruzó el charco solo, dejando en Colombia a su mujer y a su hija. Su sueño de reunirse con ellas se cumplió el año pasado cuando logró traerlas.
Pero no tardó en esfumarse. Este inmigrante de 37 años ha vuelto a quedarse solo en Valencia. Ellas han tenido que hacer las maletas de nuevo. «Ha sido una decisión muy dura. No teníamos trabajo ni mi esposa ni yo. Era imposible mantenernos. Han regresado a Colombia pero espero que puedan volver», anheló.
El drama de esta familia se reproduce en los hogares de miles de inmigrantes instalados en la Comunitat. La crisis económica les aboca a enviar a sus hijos a su país de origen porque no pueden hacerse cargo de ellos. «El fenómeno comenzó a detectarse a finales de 2008 pero ha ido aumentando. Desde mayo alrededor de 1.700 menores, acompañados por familiares o sin ellos, están volviendo cada mes desde la Comunitat hasta América del Sur», alertó Rois.
La cifra a nivel nacional se dispara hasta las 5.000 personas. La valenciana es, junto con Murcia, Andalucía y Cataluña, la región donde más se palpa esta tendencia. «En la mayoría de casos se trata de padres en paro que antes trabajaban en la construcción y en el sector de la hostelería. Tienen que afrontar ahora muchas deudas, con la dificultad añadida de no contar con suficiente apoyo. Se ven obligados a devolver a sus hijos a sus países, con lo que la familia vuelve a desestructurarse e incluso romperse», lamentó el presidente de Aesco.
Bolivianos, ecuatorianos y colombianos son los más afectados. «Vivimos un momento complicado. Muchos han mandado a sus hijos de vuelta. Muchos niños inmigrantes no han vuelto este año al colegio porque ya no están aquí», admitió Constante.
Ergueta apuntó que entre el 8% y el 10% de los bolivianos están volviendo a su país. «Nos estamos encontrando con casos de hijos que regresan solos, aunque la mayoría lo hacen con parientes. Lo triste es que el deseo de todos ellos es quedarse. Pero no pueden. Sus padres están desempleados, suelen ser ilegales y no tienen ni para pagar una vivienda», aseguró.
No obstante, prefieren regresar por sus propios medios. Por el momento, sólo 45 inmigrantes en la Comunitat han solicitado este año volver a sus países acogiéndose al plan de retorno que gestiona Cruz Roja en colaboración con la Conselleria de Inmigración. Hasta la actualidad ya han vuelto 28 personas, 11 están pendientes de regresar y 6 han decidido anular su petición.

Es el cálculo de menores que son enviados cada mes a sus países de origen porque sus padres no disponen de recursos en España:1.700
Número total de familias que residen en España y que deciden enviar de nuevo a sus hijos a su país natal:5.000
Es el número de inmigrantes que residen en la Comunitat y que se han acogido al plan de retorno voluntario que gestiona Cruz Roja. Muchos deciden volver por su cuenta porque si se acogen a las ayudas renuncian a su tarjeta de residencia: 45
La cantidad que la Conselleria de Inmigración destina a proyectos de acogida e integración365.340 euros
 

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