La crisis económica provoca una caída del 43% en la entrada de mano de obra extranjera en 2008, según un informe. La salida de estos trabajadores hacia sus países creció un 15%

El golpe de la crisis en España ha provocado que se convierta en el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con un mayor descenso en la entrada de inmigrantes en sus fronteras. En concreto, la caída del número de nuevos trabajadores extranjeros fue del 43% en 2008 con respecto al año anterior, según el informe Inmigración 2010, presentado ayer por el presidente de la OCDE, Ángel Gurría; la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom, y el comisario de Empleo, Laszlo Andor.

Mientras que en 2007 llegaron a España un total de 632.300 inmigrantes, el año siguiente esta cifra se redujo hasta los 391.900. Una caída que no se detendrá aquí, según Gurría. "Todo indica" que en 2010 seguirá reduciéndose el flujo de extranjeros, una tendencia que para el presidente de la OCDE podría mantenerse incluso en 2011. Eso sí, Gurría insistió en que en un contexto de crisis "los inmigrantes son parte de la solución, no del problema"

El descenso en la entrada de foráneos en España se sitúa, además, bastante por delante del resto de los 31 países de la OCDE. La caída de la República Checa, con un 27%; la de Italia (26%) y la de Irlanda (24%) son las que más se aproximan al 43% español. En conjunto, el descenso del flujo de la inmigración entre los países de la organización económica fue del 6% en 2008 (hasta los 4,4 millones). De esta manera, se dejan atrás cinco años con una media de aumento de este flujo del 11%.

El comisario de Empleo, Laszlo Andor, explicó el llamativo dato español por las peculiaridades de su sistema económico. Según Andor, "el golpe de la crisis ha sido especialmente duro" para los inmigrantes llegados a España debido a que este colectivo "estaba sobrerrepresentado en sectores que han sentido especialmente la coyuntura económica, como la construcción".

El batacazo económico no sólo provoca que sean menos los inmigrantes que llegan a España, sino que además los empuja a marcharse. Así, la salida de foráneos creció un 15% en 2008 (un 50% entre aquella mano de obra procedente de otros países de la UE). Una evolución que la OCDE considera "predecible", y parte de un dato: en el año 2000 la población extranjera en España suponía el 4,9% del total, y en 2008 ya era el 14,1%. "Este es el mayor crecimiento de la tasa de inmigración observado en el menor periodo de tiempo en un país de la OCDE desde la Segunda Guerra Mundial. En Europa, sólo Alemania tiene más inmigrantes", asegura el informe.Según el estudio, "las condiciones laborales de los inmigrantes en España han empeorado significativamente a medida que la recesión se agudizaba". A pesar de ello, han sido muy pocos los extranjeros que han optado por acogerse al plan de retorno voluntario para desempleados que el Congreso aprobó en 2008: de las 136.000 personas que estaban en condiciones de hacerlo en junio de 2009, sólo 10.000 habían dado el paso transcurridos cinco meses.

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TEXTO DE REFERENCIA - Capítulo dedicado a España dentro del informe 'Inmigración 2010' de la OCDE - PDF

 

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